El viento agrieta la tez
de juventudes adormecidas
y el aire no cesa de tejer
infancias que no terminan.
Torbellinos de fuego y sed
descansan en tierras heridas
y huracanes de amanecer
duermen en ríos de tinta.
Hálitos de tierna vejez
recuerdan futuros de vida
y la brisa orienta al ser
hacia el lecho de su semilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario